Capítulo 13
1497palabras
2022-08-25 09:27
Adriana
Me di la vuelta a toda prisa, con miedo a que Vincent cambiara de opinión, y salí por la puerta para voltear a la izquierda, tratando de ver al tipo misterioso que había estado parado en la puerta hace un rato. Había algo en él que no tenía idea por qué, pero me llamaba la atención, a pesar de haber sido alguien que ni siquiera logré ver bien. Probablemente era un tipo común y corriente que estaba pasando por ahí, así que, ¿por qué lo estaba buscando con tanta desesperación? Tal vez por fin había perdido la cordura. Después de mirar alrededor del lugar donde había visto al hombre, estaba a punto de darme la vuelta para volver al evento, cuando me percaté que había una figura oscura, parada cerca de un enorme roble. Sus ojos azules brillaban incluso bajo la sombra del árbol. Tal vez esa era la razón por la que el hombre me había atraído. Empecé a caminar hacia él mientras veía que se apoyaba contra el tronco. De pronto, me lanzó una sonrisa que me tomó por sorpresa y tuve la impresión que quería darme a entender que me conocía desde hacía mucho tiempo. "Hola", dijo, parándose derecho. Me detuve a unos pasos de él, para mirarle bien la cara sin tener que acercarme tanto. Había algo increíblemente familiar en sus ojos, pero no podía descifrar qué. "Hola, ¿viniste para el evento?" Pregunté, yendo directo al grano, ya que no tenía mucho tiempo. Al oír esto, el hombre negó con la cabeza y sonrió con malicia. "No, solo estoy dando un paseo", respondió. A pesar de que no creí que me estuviera diciendo la verdad, decidí ignorar esa suposición. "¿Y tú? ¿Por qué estás aquí?" Preguntó, su voz era seductora. "Me eligieron", fue todo lo que respondí. Sin embargo, el hombre pareció entender lo que quise decir y asintió con la cabeza. "¿Qué tal está el evento?" Preguntó de repente. "Es un infierno", respondí, poniendo los ojos en blanco y acercándome más a él, para apoyarme en el árbol y pararme a su lado. Mi respuesta hizo que el hombre se riera. No sé por qué, pero me empecé a sentir un poco extraña, ahora que estábamos tan cerca. Tal vez era por el hecho de que estaba hablando con un ser humano normal después de mucho tiempo. No suelo sentirme tan cómoda cuando estoy con extraños, pero este hombre no me incomodaba para nada. "No creo que sea tan malo", el hombre dijo. Negué con la cabeza. "Bueno, tal vez sí lo sea", agregó, notando la expresión en mi rostro. Esta vez levanté una ceja y asentí. "Pensé que ser elegida era el sueño de cualquier chica", dijo en un tono burlón "¿Por qué te parece un infierno?" "No todas las chicas sueñan con ser una bolsa de sangre personal, solo para que las abandonen cuando ya no son útiles", respondí con firmeza. "Para ser honesta, odio estar aquí, en especial cuando él también lo está". Dije la última parte en voz baja, como si estuviera confesando un crimen. "¿A quién te refieres?" El hombre preguntó tras aclararse la garganta. Levanté la mirada para ver sus ojos y vi que debajo de la capucha tenía el cabello oscuro, ondulado y despeinado. Me encogí de hombros mientras mantenía mis ojos fijos en los de él. "No tiene importancia", respondí. No quería hablar de Draven. Ni siquiera quería pensar en él. "Bueno, si lo odias tanto, ¿por qué no te vas?" El hombre preguntó. "Ya lo intenté", respondí con un suspiro. El recuerdo de mi madre tirada en el suelo pasó por mi mente y sacudí la cabeza, tratando de hacer que se esfumara. "Pero no me fue tan bien", agregué. El hombre hizo un sonido de desaprobación y se metió las manos en los bolsillos. "Bueno, si no puedes huir, siempre hay un plan B, ¿verdad?" Preguntó, haciendo que mis mis ojos volvieran a posarse en los suyos. "Usa a Draven Cruz como tu ruta de escape", dijo. Mis ojos se abrieron de par en par. "¿Cómo sabes de quién estoy hablando?" Pregunté, atónita. Con la sola mención de su nombre, mi corazón empezó a latir muy rápido. El hombre se rio entre dientes, arqueando la cejas. "¿Quién no sabe su nombre, cariño?" Preguntó en un tono sarcástico. "Tienes razón", dije, aliviada, moviendo las manos por la ansiedad. "De todas formas, no creo que engañar a Draven sea posible", anuncié, recordando cómo me había tratado hasta ahora. "Y aun así, vale la pena intentarlo", el hombre dijo. "Además, eres una chica inteligente, estoy seguro que algo se te ocurrirá". Volví a mirarlo, solo para encontrarme con sus ojos intensos. Tal vez este hombre tenía razón y tenía que darle una oportunidad al plan B. "No me dijiste cómo te llamabas", dije, tratando de cambiar el tema y dándome la vuelta para estar cara a cara con él. El hombre hizo lo mismo y una sonrisa apareció en su rostro. "Me tengo que ir", anunció. "Te veré más tarde, ¿okey?" Estaba ignorando por completo mi pregunta y se estaba yendo. Estuve a punto de llamarlo, pero antes de que pudiera hacerlo, sentí una mano en mi muñeca y me volteé para encontrar a Draven parado detrás mío. Me estaba mirando con el ceño fruncido y se veía enojado. A pesar de que no nos habíamos visto por tres días, su expresión seguía siendo la misma cuando me miraba. "¿Qué estás haciendo aquí?" Me preguntó, fijando sus ojos en los míos. De inmediato, empecé a sentirme muy incómoda. "Solo vine a dar un paseo y a conversar con..." respondí sin poder terminar lo que quería decir, ya que el hombre había desaparecido por completo. Draven entrecerró los ojos, como si estuviera dudando de mis palabras. "Se supone que no deberías estar aquí", dijo con severidad antes de soltar mi muñeca y tirar de la punta de su camiseta negra de manga larga con cuello de tortuga que le sentaba muy bien. “Lo siento, solo estaba hablando con..." volví a decir, mirando a mi alrededor. Sin embargo, ya no había nadie ahí. "¿Hablando con quién?" Draven preguntó mientras yo seguía mirando a mi alrededor, confundida. El hombre había estado aquí hace solo unos segundos. "Olvídalo", dije, dándome por vencida. ¿Cómo el hombre pudo huir tan rápido? Tal vez se metió a una tienda cercana. "¿Qué quieres decir con que lo olvide?" Draven preguntó, enojado. "¿Estabas hablando con alguien aquí o no?" Por fortuna, los gritos de Edward lo interrumpieron. "¡Draven, trae a Adriana!" Se le escuchó decir desde el jardín. "¡El discurso está a punto de comenzar!” Draven gruñó y ambos caminamos rápidamente hacia la puerta. No obstante, antes de entrar, me detuve para mirar alrededor una vez más y buscar al hombre. ¿Adónde se fue? "¿Pasó algo?" Edward preguntó. Negué con la cabeza, intentando ignorar la mirada intensa de Draven, que estaba a mi lado. No hice nada malo, así que no tengo por qué estar asustada. "¿Terminaste?" Edward le preguntó a Draven y lo vi asentir. “No fue fácil”. Respondió y me quedé mirándolos, confundida. No tenía idea de qué estaban hablando. "Estuviste fuera por bastante tiempo, hermano", Edward agregó. "Lástima que tuvo que regresar", dije en voz baja, olvidando por completo que los vampiros tienen un oído muy agudo. “¡Lástima que tu actitud haya empeorado en mi ausencia!” Draven anunció en voz alta, agarrando mis mejillas y levantando mi rostro para que lo mire a los ojos. “Chicos, paren. La gente se va a dar cuenta”. Edward dijo en un tono suplicante mientras Draven murmuraba una disculpa. "Esa persona con la que dijiste que estabas conversando", dijo después de aclararse la garganta. "¿Qué te dijo?" Mi pulso se aceleró ante sus palabras y me tuve que morder el labio inferior y negar con la cabeza para que no sospechara de mí. Me sorprendía que Draven no me hubiera castigado por salir sin su permiso, y tampoco es como si él hubiera visto a ese tipo, así que, ¿por qué tenía tanta curiosidad? "No", respondí. Draven dio un paso adelante antes de acercar sus labios a los míos. "Es mejor que lo que me digas sea cierto, muñeca", dijo en voz baja. Su rostro estaba muy cerca, haciendo que mi corazón latiera a mil por hora y que un escalofrío recorriera mi espalda. "Porque no me olvido de las cosas con tanta facilidad". Retrocedió y me quedé en silencio, tratando de hacer que mi mi respiración volviera a la normalidad. ¿Por qué siempre estaba tan pendiente de mí? No es como si hubiera hecho algo malo... al menos no aún. "Acuérdate de eso", me advirtió. Su voz era apenas audible, ahora que la gente había empezado a llamarlo para saludarlo y elogiarlo. Lo vi entrar y respiré hondo, haciendo lo mismo. Tal vez sería una buena idea poner a prueba el plan B y usar a Draven como mi ruta de escape.
×××