—Se fue hace mucho tiempo.
Yo podía mentirle pero no podía engañar a mi corazón, ya que lo he amado por tantos años que no podía desaparecer ese sentimiento en un instante.
Sin embargo, él me había decepcionado en muchas ocasiones, que todo mi valor se había ido.
Tampoco me sentía capaz de soportar otro dolor.
Jayden me volteó a ver a los ojos como si quisiera leer lo que había en ellos.
Después de un buen rato, me agarró la parte trasera de la cabeza y dijo con firmeza, —Mia, no te creo.
En ese instante de haber sido tan expuesta por sus palabras, mi cuerpo se puso rígido por un momento, antes de fingir tranquilidad y poder empujarlo. —No me importa.
Luego, volteé a ver el reloj y aproveché para ir a bañarme.
Pensé que con el temperamento de Jayden y al ser rechazado de esa manera, se iría.
En cuestión de unos minutos, escuché el sonido de la puerta cerrándose.
Mi corazón dejó escapar un suspiro de alivio, aunque tenía otro tipo de emoción que no podía identificar y que me hacía sentir inquieta.
En cuanto terminé de bañarme, me cambié de ropa y salí de la habitación. Jayden estaba sentado en la mesa, listo para desayunar, así que me pidió que lo acompañara.
No le hice caso, por lo que me puse los zapatos y salí de la casa. Cuando estaba esperando el elevador, se acercó con una actitud firme. —Yo también voy a trabajar. Puedo llevarte o si no llegarás tarde por el metro.
"¡Todo es por tu culpa!", me dije en mi cabeza.
A pesar de todo, me subí a su coche porque ya no había tiempo.
Durante todo el camino hubo silencio y cuando estuvimos a dos o tres minutos de la empresa, le pedí que se detuviera.
En el pasado, cuando estábamos casados, en ocasiones iba a Eastern Star, así que alguno probablemente sabían de mi relación con Jayden. No quería presentarme en la puerta de la empresa a su lado y parecer ostentosa.
......
Lo que sucedió en la mañana, especialmente lo que dijo, me estuvo rondando en la cabeza durante todo el día y para mí era fácil distraerme si no tenía cuidado con mi trabajo.
En la tarde, cuando terminé mi trabajo, estaba a punto de ir al baño pero, de repente, sonó mi teléfono haciendo que se iluminara la pantalla.
Me había llegado un mensaje y al verlo, pude ver con claridad el número de teléfono, así que en un instante me levanté de mi asiento. Ni siquiera leí el mensaje, solo me salí para hacer una llamada.
¡Era el número anónimo, otra vez!
Aunque muchas cosas ya se habían aclarado, siempre tuve el presentimiento que ese hombre anónimo sabía muchas cosas que yo no.
Por ejemplo, aunque ya sabía que Madison era responsable de la muerte de mi madre. En la primera fotografía que me envío ese hombre seguía sin entender, ¿cuál era la droga que Victoria le dio a mi madre?
Además, el día del suicidio de Madison, ¿por qué me envió una fotografía de Victoria sosteniendo a un niño?
Tenía demasiadas dudas y quería saber la respuesta desde su perspectiva.
¡Sin pensarlo, el teléfono ya estaba sonando!
Cada vez que escuchaba el sonido de la llamada, mi corazón latía con fuerza y sentía que, cada vez, estaba más cerca de la respuesta.
Ya habían pasado docenas de sonidos y cuando pensé que él no contestaría, de repente, una voz muy roca y a un tono muy bajo vino del otro lado de la línea. —Señorita Clinton.
Apreté los puños y no dude en hacer esa pregunta en la que había estado pensando en algunas ocasiones, —¿quién eres? ¿Quién eres?
—¿Acaso importa quién sea? Lo importante es que siempre estoy listo para darte lo que necesitas.
El hombre estaba hablando en un tono bajo, así que supuse que lo conocía tan bien que tenía miedo que pudiera reconocer su voz.
—Tú...
Antes de que pudiera terminar de hablar, colgaron el teléfono, así que volví a marcar pero ya lo habían apagado.
Al abrir el mensaje para ver que decía, me di cuenta que había enviado una grabación.
Después de escucharla, sentí como mi cuerpo se estremecía, ya que el contenido era sobre un total complot entre Susan y Ethan. Estaban conspirando juntos para encontrar a alguien que abusara de mí.
Al principio, no tenía evidencia alguna y ya que la familia Lopez es una de las más ricas y poderosas, lo único que podía hacer era aceptar la derrota. Sin embargo, en estos momentos, alguien me enviaba la evidencia.
Pocas personas sabían sobre ese asunto y por esa razón, sentí un escalofrío en la espalda.
Hice lo mejor que pude para recordar a quién le había contado lo sucedido y recordé que solo le dije a Jayden y a Brandon.
Me sentía vigilada por ese hombre anónimo.
Mi mente estaba hecha un lío que después de ir al baño, regresé a mi escritorio en un estado de ansiedad.
En cuanto me senté, Jesica, quien había detenido a May en mi contra, me entregó un documento y me pidió que le hiciera el favor de llevarlo a la oficina de Susan.
Cuando algo se trataba de Susan, en ese instante empezaba a sentir mucho coraje, así que me negué, —No tengo tiempo. Entrégalo tú.
—Por favor, Mia, todavía tengo muchas cosas qué hacer. Realmente no tengo tiempo para llevar los documentos y ya sabes cómo es Susan si no entregó las cosas, me va a regañar muy feo.
Jesica se acababa de graduar en menos de dos años y al verla tan ansiosa, no pude evitar sentir compasión por pensar en el momento en que yo empecé a trabajar.
Extendí la mano para agarrar el documento y luego fui para la oficina de Susan.
Al llegar a la puerta, toqué con el pensamiento de lo que ella y Ethan habían hecho en mi contra. Apreté los dientes porque trataba de recordar que debía calmarme.
—Adelante.
Ya no hice caso a mis pensamientos, abrí la puerta y entré. Al ver a la mujer que provocó que casi abusaran de mí, dije con voz fría, —este es el documento que Jesica me pidió que trajera.
Mi puesto en Eastern Star era muy vergonzoso, ya que, aparentemente, el Grupo Brown me había enviado para participar en el proyecto, pero de hecho, estaba haciendo trabajos extraños.
Además de este proyecto, las dos empresas eran hostiles entre sí, ya que no leían ningún documento importante, si creían que no era necesario, lo hacían para evitar controversias, así que no sabía qué documento me pidió Jessica que enviara.
Por el comportamiento de Susan, me di cuenta que pudo haber perdido la memoria porque al verme, no sintió culpa de nada. Su rostro estaba perfectamente maquillado y lleno de coraje. —¡Mia, te lo advierto, aléjate de Jayden!
—¿Por qué?
Ya no tenía la intención de tener una relación con Jayden, pero ella era tan confiada y agresiva que me hizo sentir mal.
Susan golpeó la mesa y se puso de pie al decir con arrogancia. —¿Por qué? Porque me gusta mucho el señor Christian y nuestras dos familias van a arreglar nuestro matrimonio.
La señora Christian de la que ella estaba hablando, era la madre de Jayden.
—¿En serio? ¿Le gustas a Jayden?
Se tocó el cabello con incomodidad y dijo con frialdad, —¡Por supuesto! Jayden dijo que solo se casaría conmigo y que las demás son solo un juego.
Me pellizqué la palma de la mano y dije en voz alta, —¿qué pasaría si él se entera de lo que hiciste?
No quería hablar de ese asunto en la oficina pero no podía soportar su actitud.
Ella se sentía como si fuera un pavo real blanco sin manchas, una clase superior a cualquier otra.
Su rostro cambió en un instante y caminó hacia mí con sus tacones altos. Al levantar las cejas, me dijo con cierta burla, —¿crees que puedes calumniarme frente a él?