Capítulo 76
1790palabras
2022-10-05 00:02
Adriana
“¡Te extrañé mucho!” Lianna exclamó, arrojándose a los brazos de Draven. Todavía podía ver la sorpresa en su rostro, incluso antes de que ella se apartara de él. La miraba con una mezcla de incredulidad y confusión. Yo me sentía igual, ¿no se suponía que esta chica estaba muerta? ¿Cómo podía ser Lianna? Eso no tenía sentido. “Tú… estabas muerta…” Draven dijo con voz entrecortada. “Yo vi…” “Viste cómo él me apuñalaba en el corazón y arrojaba mi cuerpo al mar”, Lianna lo interrumpió. “Pero no morí, D. No estoy muerta”. “No”, Draven gruñó, retrocediendo mientras ella intentaba explicarle lo que había pasado. Lo vi sacudir la cabeza varias veces, como si estuviera pensando que esto era una broma pesada o un sueño. “¿Quién eres?” Preguntó, furioso. “Dexter te mandó aquí, ¿no? ¿Qué diablos?” “D…” al escuchar su dulce voz, Draven se quedó helado, y mientras presenciaba esta escena, sentí un nudo en la garganta. Ellos tenían una conexión muy fuerte y su química era extraordinaria. No había manera de que pudiera competir con alguien como ella. “Él me convirtió en vampiro antes de apuñalarme…” Lianna confesó al ver que Draven se alejaba de ella, negando con la cabeza y dándose la vuelta, pero Lianna agarró su brazo y pude ver cómo él se ponía tenso ante el contacto. Volteé a ver a Emily, que me estaba mirando como si no pudiera creer lo que estaba pasando y luego vi a Vincent, que todavía miraba a Lianna con los ojos abiertos de par en par. “Seas quien seas, tienes que irte al mismísimo infierno antes de que yo…” Draven dijo con firmeza. Sin embargo, Lianna no dio su brazo a torcer. “¡Estoy diciendo la verdad!” Insistió. “¿Por qué no puedes escucharme?” Estaba casi gritando en esos momentos y era claro que se sentía herida por la incredulidad de Draven. Lo vi estremecerse y mirarla a los ojos de nuevo, haciendo que mi corazón diera un vuelco. “C-creo que deberíamos escuchar lo que tiene que decir”, Vincent por fin habló, mirando a Draven y dejando escapar un largo suspiro. Una pequeña sonrisa apareció en el rostro de Lianna. Se sentó en la cama y respiró hondo, mirándonos a cada uno de nosotros hasta que sus ojos se posaron en los míos y se quedó mirándome por un rato. “Te escucharé, tienes cinco minutos para explicarte”, Draven murmuró. Era obvio que estaba tratando de mantener la calma, pero no lo estaba haciendo tan bien, ya que estaba apretando los puños con tanta fuerza que sus nudillos se habían puesto blancos. “Como te dije, él me convirtió en vampiro antes de que me apuñalara…” Lianna dijo. “Eso es una reverenda m*erda”, Draven la interrumpió. “Solo un vampiro de sangre pura tiene el poder de convertir en vampiro a un humano, Lianna”, anunció. “Además, tienes que tener su consentimiento, así que deja de mentir”. “Él tenía tu sangre, Draven”, Lianna afirmó. “No tengo idea cómo logró conseguirla o como hizo que funcionara, pero ya está hecho, y funcionó. En cuanto al consentimiento, obtuve el tuyo hace mucho tiempo, ¿recuerdas?” Preguntó con voz suave y dulce, poniéndose de pie y caminando hacia Draven para tocar su mejilla. Draven retrocedió ante este gesto y agarró su muñeca. Vi cómo sus ojos se oscurecieron un poco. “Pruébalo, entonces”, le ordenó entre dientes. Lianna suspiró y desapareció de la habitación por unos segundos antes de reaparecer frente a Draven, que se quedó atónito al verla. “No estoy mintiendo, Draven, estuve obligada todo este tiempo…” dijo. “¿Qué se supone que eso significa?” Draven preguntó, frunciendo el ceño. “Que nunca te fui infiel”, Lianna respondió. “Él me obligó a hacerlo. Estaba bajo su compulsión, D. Pensé que me conocías bien y que nunca creerías que fuera capaz de hacer algo como eso…” El dolor y la decepción eran evidentes en sus ojos, y vi cómo los ojos de Draven se suavizaban y cómo dejaba de mirarla con odio. “Entonces, ¿lo que estás tratando de decir es que todo este tiempo estuviste secuestrada?” Vincent preguntó. “¿Qué pasó después de que te arrojó al mar?” Lianna se volteó a mirarlo. “Regresó por mí y me obligó a vivir con ellos”, respondió. “Amenazó con matar a Draven si lo desobedecía. Como ves, no tuve otra opción”. “Siempre hay otra opción”, Draven anunció sin ninguna emoción en el rostro. “Puede que tengas razón, pero tenía miedo de hacer algo por temor a que te lastimara. No podría vivir conmigo misma si algo te pasaba por mi culpa”.  Presionó los labios en una línea delgada después de decir esto y se quedó callada. La habitación se quedó en completo silencio y la tensión era tan fuerte que la podía sentir en cada uno de mis poros. A pesar de que había escuchado su explicación, todavía estaba tratando de entender lo que había pasado y estaba segura de que Draven se encontraba en la misma situación. “Todavía no te creo”, anunció. “Te sugiero que salgas de mi casa”. “D, no seas así, ¿no podemos hablar en privado?” Lianna preguntó. “Sé que no eres así. ¿No estás feliz de que no haya muerto?” Me mordí el labio inferior al ver cómo sus dedos rozaban la mandíbula de Draven, haciendo que se pusiera rígido una vez más. Estaba molesta y un poco ofendida, por alguna razón. “Hablemos, entonces”, Draven dijo, jalándola con él y llevándola fuera de la habitación. Estaba tan confundida que no podía moverme. “¿Qué diablos está pasando?” Emily preguntó de pronto y volví a la realidad al escuchar su voz. “¿Esa es la tal Lianna de la que me constaste?” Por el rabillo del ojo, vi que Vincent me estaba mirando con confusión y lástima, y que luego desapareció de la habitación. “¿No se suponía que ella estaba muerta?” Emily exclamó. Estaba gritando y, pese a que no quería que causara una escena, no pude hacer nada por detenerla ni calmarla. Respiré hondo y volteé a ver que mi amiga me miraba fijamente. Estaba tan confundida como yo. “Pues, supongo que no estaba muerta”.
Habían pasado seis días desde que Lianna había regresado y mi situación en la mansión había empeorado. Por empeorado me refiero a que prácticamente había tocado fondo. Todos, a excepción de Emily y yo, por supuesto, parecían haberse creído la trágica historia de Lianna, y la familia Ardelean ya le había dado la bienvenida como si fuera una más de ellos. Al parecer, ella tenía mucho más que revelar sobre lo que le había pasado, pero Vincent, sí, Vincent, de todos esos traidores, sugirió que le dieran tiempo para recuperarse del tremendo “trauma” por el que había pasado y que no la presionaran. En lo que a mí respecta, no creía nada de lo que había dicho. Es decir, puede que algunas partes fueran verdaderas, sin embargo, había algo en todo esto que no cuadraba. Después de que la dieron por muerta, ella había estado con Dexter por más de dos años, ¿y se suponía que debíamos creer que no había tenido oportunidad de escapar o de idear un plan para hacerlo durante todo ese tiempo? Yo llevaba mucho menos tiempo aquí en la mansión y ya había intentado huir un par de veces. Además, no podía dejar de lado el hecho de que ahora Lianna tenía súper poderes. Ella básicamente podía haber encontrado la forma de usar su fuerza y escapar. Era obvio que estaba escondiendo algo. Aunque también existía la posibilidad de que me estuviera obligando a creer que todo era mentira porque me negaba a ver la verdad. No estaba segura. En cuando a Draven, él se había distanciado de mí, para mi sorpresa. Aun así, debía haberlo visto venir. Ahora apenas me dirigía la palabra y ya ni siquiera me sonreía. Me sentía molesta y herida. Durante el almuerzo o la cena, él solo se sentaba en silencio, sin decir una sola palabra, hasta que terminábamos de comer. Por otro lado, Lianna era una chica muy optimista y alegre, todo lo contrario a mí. No sé por qué todos pensaban que nos parecíamos si no teníamos absolutamente nada en común. No nos gustaba el mismo tipo de música o la misma ropa, y ni siquiera nos gustaba la misma comida. Lianna era una diosa encantadora y solo Dios sabía qué era yo. En resumen, no la quería en la mansión. Sabía que no tenía por qué odiarla, además del hecho de que pensaba quedarse con mi hombre, de una y otra manera, y…. No, espera. Detuve mis pensamientos y resoplé, saliendo de la habitación con Emily detrás de mí. “Dios mío, es demasiado falsa”, Emily se quejó mientras bajábamos las escaleras donde estaban todos haciendo planes en el sofá. “Emily, cálmate”, dije en voz baja, rechinando los dientes. Mis ojos se posaron en los chicos, que hablaban con Lianna y le contaban chistes para hacerla reír. Estaban pasándola muy bien. “¡Hola, Adriana!” Lianna exclamó al verme. “Ven y únete a nosotros”. Negué con la cabeza, sintiéndome muy pequeña ahora que todos tenían sus ojos puestos en mí. “Estamos ocupadas”, Emily respondió, mostrando una sonrisa falsa que era demasiado obvia y deslizando su mano alrededor de mi brazo. “Estamos pensando ir a la playa de Minami”, Finn anunció. “Todavía no le hemos dado a Lianna una bienvenida adecuada, así que pensamos que sería bueno organizar una hoy”. Estaba sonriendo de oreja a oreja y rodé los ojos, asintiendo con una débil sonrisa. “Oye, esa playa está cerca de tu casa”, Emily dijo. “Tal vez podemos aprovechar para visitar a la señora Reed y…” “Adriana no tiene permitido salir de la mansión”, Vincent la interrumpió. Tanto Emily como yo volteamos a verlo, confundidas. “No está a salvo afuera”, agregó. “Nos ordenaron que la mantengamos aquí hasta que Draven se encargue de sus asuntos con Dexter”. Resoplé de lo ridículo que era todo este asunto. No podía creer que Draven hubiera hecho eso. “Ah, es cierto”, Adriana dijo. “No podemos permitir que te pase nada malo. Lo siento, cariño”. Me miró como si sintiera lástima por mí y yo solo entrecerré los ojos, viendo cómo Vincent se encogía de hombros. “¿No crees que es un poco injusto dejarla aquí encerrada mientras los demás se van a divertirse?” Emily preguntó. Por fin estaba entendiendo cómo funcionaban las cosas en esta j*dida casa. Aun así, antes de que pudiera seguir quejándose, la jalé y me la llevé conmigo fuera de la habitación. La sangre me hervía. “¿Está loca?” Escuché que Lianna preguntaba en voz baja ante mi comportamiento. Oír su voz solo me ponía los pelos más de punta. “Nuestra gatita tiende a reaccionar de forma un poco dramática a veces, pero no te preocupes que pronto se le pasará”.    

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