Capítulo 22
1345palabras
2022-08-25 09:28
Adriana. 
"Quiero saber la verdadera razón por la que me lo diste", corregí arrojándole una mirada seria, estando segura de que no era casualidad que él se encontrara conmigo aquella noche y hoy también. Este hombre definitivamente estaba planificando algo raro. "Eres una mujer inteligente, me parece bien", contestó él con una sonrisa retrocediendo un poco y dirigiéndose hacia la puerta para marcharse. "Espera un momento, ¿cuál es tu nombre?", pregunté en un grito, por lo que se detuvo súbitamente antes de voltearse para mirarme, de repente una sonrisa se dibujó en sus labios y no pude evitar que mi cuerpo se estremeciera por su reacción. La situación se estaba poniendo terriblemente aterradora. "Puedes llamarme Dexter".  
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"¿Puedo conversar con ellos?", interrogué, mientras perseguía a paso rápido a Draven y él ni siquiera se molestaba en voltearse para verme. En cambio, lo que hizo fue responder con un rotundo "no" y continuó recorriendo el pasillo mientras yo me sentaba a horcajadas detrás para mantener el ritmo. 
"Pero son mis padres".
"Ya te conté que están bien", dijo interrumpiéndome, mientras se detenía para darse la vuelta y mirarme a los ojos, por lo que yo me mordí el labio inferior para guardar silencio. 
"Lo que pasa es que estoy preocupada por ellos...", susurré, haciendo girar algunos mechones de cabello entre mis dedos, por su parte él soltó un suspiro de frustración y después dirigió su mirada al techo. 
"Me estás volviendo loco, Adriana", expresó con tono de cansancio por lo que me quedé sin decir nada por unos minutos, mi rostro estaba sonrojado. No es que lo que él pensara me importaba, pero saber que alguien se estaba hartando de mi forma de ser, me dio un poco de vergüenza. Sin mencionar que mi orgullo se había caído completamente. 
"Está bien". 

"Llamaré a tus padres por ti, si eso hace que guardes silencio por un segundo", dijo con un tono de enfado antes de irse a su dormitorio. Tu familia se encuentra bien, Adriana, tranquilízate. 
"Es muy tarde", dijo la voz de Vincent mientras caminaba por el oscuro corredor antes de encontrarnos cara a cara. "Deberías estar en tu cama", agregó, parándose frente a mí, estuve a punto de responderle algo pero de repente recordé el rostro de Dexter. 
"¿Por qué me regaló ese brazalete? ¿Y cómo logró colarse en la mansión sin ser visto? ¿Por qué corre ese riesgo y...?"
"Oye, ¿te encuentras bien?", dijo Vincent cortando mis pensamientos, extendiendo su mano y tocando con su dedo un lado de mi mejilla, haciéndome agitar. 

"¿Ah? Sí, estoy bien", respondí y estaba a punto quitar sus manos de mi cara cuando levantó un poco mis mejillas y vi hacia arriba para encontrarme con sus hermosos ojos azules. 
"¿De verdad estás bien?", volvió a preguntar en voz baja, mirando fijamente mis ojos marrones mientras él me dominaba.
"No, tengo miedo y estoy confundida por lo que vi esta noche", susurré la verdad y mis ojos se abrieron cuando me percaté que ahora estaba bajo su compulsión. Sin hacerle caso a la expresión de asombro de Vincent, me di la vuelta y empecé a caminar, parecía una marcha, que me llevaba de regreso a mi dormitorio, mi corazón estaba muy acelerado. ¡¿Cómo se atrevió a hacer eso?! Se supone que mis pensamientos son solo míos. ¿Cómo se atreve a simplemente invadirlos?
"Detente, ¿a qué te refieres?", preguntó, tomando mi muñeca y haciéndome girar, pero logré apartarlos. 
"Nada, es algo sobre Draven", dije la primera mentira que me vino a la mente y vi como brillaban sus ojos antes de que volviera a estar serio. 
"Mientes".
"Quiero mi pulsera de vuelta, ¿puedes pedírsela a Draven?", pregunté rápidamente interrumpiéndolo por lo que Vincent me arrojó otra mirada antes de coger mi mano y caminar por el pasillo, arrastrándome con él. 
"Detente, ¿a dónde vamos?", interrogué, mi corazón parecía que se quería salir de mi pecho cuando de repente nos detuvimos cerca del dormitorio de Draven. 
"Si lo deseas de regreso, entonces recupéralo tu misma", dijo con una sonrisa forzada en el rostro y soltando mi mano, cuando yo estaba a punto de decir algo desapareció. ¿Qué le pasaba? ¿Por qué no podía recuperarlo para mí? ¿Por qué debo pasar por esto?
Me di la vuelta para ver la puerta de Draven y cuando estaba a punto de llamar, preferí detenerme a pensar por un momento. ¿Realmente necesito ese brazalete?
"Sí lo necesitas, es una herramienta para protegerte de ellos", dije para mis adentros y cuando estaba por llamar a la puerta, esta se abrió de golpe y apareció frente a mi Draven, una vez más, sin camiseta y con una toalla en la mano. 
"¿Qué deseas?", preguntó, colocando la toalla sobre sus hombros y levantando una ceja. "Escucho los latidos de tu corazón a una milla de distancia, es un fastidio", susurró mientras yo tiraba del borde de mi vestido burdeos con mangas cortas antes de que apareciera una sonrisa débil en mis labios. 
"Yo quería hacerte una pregunta", expresé en voz baja y él me miró antes de abrir la puerta y volver a entrar. Entendí sus acciones como una señal de "bienvenida" e ingresé, luego me paré torpemente frente a él mientras movía mis dedos nerviosamente. 
"Dilo ya", expresó. Después abrió un enorme guardarropa negro y cuando estaba a punto de tomar algo yo hablé. 
"Me preguntaba si podrías devolverme mi brazalete... por favor", susurré, retrocediendo un poco cuando Draven cerró el armario de golpe. 
"¿Y por qué lo quieres de regreso, puedo saber?", preguntó levantando una ceja, su voz era sospechosamente agradable mientras se ponía una camiseta azul oscuro que combinaba perfectamente con sus pantalones negros. 
"Yo quiero tenerlo de vuelta", contesté casi que susurrando, lamentando habérselo pedido. ¡Ahora si sospecharía de mí!
"¿Recordaste lo que pasó esa anoche?", interrogó Draven, metiendo la mano en su bolsillo y sacando la pulsera. ¿Lo llevaba consigo todo el tiempo?
"No recuerdo nada", susurré y él soltó una risa oscura antes de volver a guardar el brazalete dentro de su bolsillo.
"Oye, tú", dijo, dando un paso adelante por lo que yo retrocedí, sintiéndome intimidada por su presencia. "Realmente no deberías llevarme", cada vez que él pronunciaba una palabra, daba un paso hacia adelante mientras que yo me movía hacia atrás hasta que choqué con la pared más cercana. 
"Para un bobo", dijo, parándose tan cerca que pude sentir el calor que emanaba su cuerpo. 
"Digo la verdad, realmente no lo sé", expresé, dejando caer mis pestañas y me paralicé cuando sentí sus manos tomar mi mentón para levantarlo, esa era una señal de que estaba muy serio o enfadado. 
"¿Recuerdas lo que ocurrió esa noche?", interrogó y pude sentir que mis ojos eran absorbidos inmediatamente por sus hipnóticos ojos azules profundos. 
"No, nada", contesté, pero él mantuvo su mirada fija un rato más. "Me acabas de obligar a decir la verdad. ¿Qué más quieres de mí?", pregunté en un tono voz suave y vi sus ojos entrecerrarse antes de soltar mi mentón. 
"No te regresaré el brazalete. Vete ya", expresó en un tono de voz fuerte y después lo vi dirigirse hacia su cama. 
"Pero lo necesito para que me proteja". 
"¿De quién? ¡¿De mí?! Puedo asegurarte, niña bonita, que una estúpida pulsera no puede evitar que yo obtenga lo que sea que quiera de ti", argumentó, dándose la vuelta y observándome mientras yo negaba con la cabeza. 
"De ti no. De otros vampiros", dije para convencerlo, pero él ya no me creía e hizo un gesto para que me fuera. Lo vi apartar algunos libros cerca de su cama y solté un pequeño suspiro. No valía la pena tratar de hablar con este monstruo, solo estaba malgastando mi tiempo. 
"No es como si supieras quién te lo dio, así que...".
"Incluso si supiera, no habría diferencia", apenas susurré estas palabras se me hizo difícil respirar cuando me di cuenta de lo que acaba de decir. Observé a Draven paralizarse en su posición antes de darme la vuelta y tomé esta oportunidad para darle la espalda, sin querer enfrentarlo.