Capítulo 25
1037palabras
2024-02-17 04:24
P.O.V. Zared
Samantha está frente a mí. Parece que algo la preocupa mucho, por eso ha insistido tanto en verme en la compañía. Pero como yo estaba ocupado en ese momento, no pude atenderla. Ahora, porque sé que es bastante insistente cuando quiere algo, he decidido verla y acabar de una vez por todas con esto.
—Zared, necesito que me hagas un préstamo. Te prometo que te pagaré todo... solo necesito un poco de tiempo para conseguir el dinero, pero en serio eres la única persona que puede ayudarme. Sé que probablemente pienses que soy una molestia, pero en serio no sé a quién más acudir.

—Oye, ¿puedo saber cuánto dinero necesitas y para qué es?
—Estoy enferma... Necesito pagar algunas cuentas médicas y la suma es verdaderamente alta. Estuve pidiendo algunos préstamos y los intereses son altísimos. Estaba tan desesperada que no me puse a pensar en eso. Pero como ya te dije, te pagaré todo en cuanto lo tenga. Por favor, solo confía en mí. No te miento.
Era increíble que Samantha llegara al punto de rogar. No entendía por qué no había acudido a sus padres, quienes tienen mucho dinero. En cambio, había decidido venir a mí para pedir ayuda económica.
—¿Enferma? No entiendo...
—Si no puedes hacerme el préstamo, lo entenderé, pero no quiero hablar sobre mi enfermedad. Ya es una situación difícil como para volver a sacarla a la luz. Y tú y yo ya no somos nada.
Suspiro. No me dirá qué es lo que tiene, así que me rindo porque no lo va a decir.

—Bien, si no me quieres decir, respeto tu decisión. Entonces dime cuánto dinero necesitas y te lo daré —le digo y ella suspira.
—Sí, son veinte mil dólares.
—Bien, te lo transferiré todo a tu cuenta.
—Gracias.

Puedo ver a través de su mirada que las cosas no van bien, pero no quiero seguir indagando. Al final, no me va a decir nada. Así que dejo de insistir.
—De nada. Y Samantha, no me devuelvas ni un solo centavo, pero también te pido que no me sigas buscando. Es lo único que quiero a cambio. No quiero que volvamos a encontrarnos. Y si estás enferma, espero que te recuperes pronto.
—No, te prometo que no te molestaré más.
...
Anoche llegué y estoy de camino a la casa de Anastasia y su madre. Finalmente se decidió hacer la reunión en su casa, y no tengo problema con eso. Estoy cerca de mi destino después de haber hablado con Samantha. Es extraño cómo ha estado hablando tan sumisa, la altanería que la caracteriza ha desaparecido por completo. Definitivamente no es la misma persona que solía estar a mi lado. Su cambio drástico de personalidad seguramente se debe a su enfermedad, no encuentro otra explicación.
Suspiro profundamente.
Debo quitarme ese pensamiento de la cabeza. Ya no me incumbe lo que le pase. Ahora lo importante es conocer a la madre de Anastasia. Por fin podré conocer a Ana.
En poco tiempo, ya estoy frente a la puerta y toco sobre la madera. Me recibe una mujer que parece ser adulta, o al menos tiene cierto parecido con Anastasia. No hace falta pensar demasiado para saber que se trata de su madre. Sí, es ella quien, sin mirarme, sonríe.
—Debes ser... No, por supuesto que lo eres. ¿Te puedo dar un abrazo?
—Claro, un gusto conocerla señora...
—Oh no, con toda confianza me puedes llamar solamente Ana. El placer es mío, al fin puedo conocerte en persona. Eres aún más guapo, eh —agrega y me pongo nervioso.
—Gracias, usted también es muy guapa.
Justo en ese momento aparece Anastasia y hace señas hacia su madre. Por lo que puedo notar, su progenitora se encoge de hombros y se hace a un lado para que pueda pasar a la casa. Entro y cuando paso cerca de Anastasia, me inclino para darle un beso en la mejilla.
Ella parece un poco nerviosa por el beso, suspira y me dice:
—Gracias por venir.
La verdad es que a pesar de que la casa no tenga lujos, se siente agradable y reconfortante. Puedo sentir ese ambiente familiar. Ahora puedo entender un poco lo que Anastasia quiere decir cuando menciona lo difícil que es para su madre desprenderse de su hogar, el lugar en donde ha pasado muchos años de su vida y ha desarrollado un fuerte apego emocional.
Su madre es atenta y cariñosa conmigo. Ojalá mi madre fuera así al conocer a Anastasia. No tardaría en acordar una cena en casa tranquilamente. Pero no puedo hacer eso, mi madre ni siquiera está de acuerdo con que haya aceptado que el bebé nazca. Lo ve como un error permitir que una criatura nazca fuera del matrimonio. Sin embargo, si estuviera con alguna mujer adinerada, entonces no habría ningún problema.
Pronto nos sentamos en el salón.
—Por cierto, Rebeca no pudo venir porque se fue a casa de mis padres. Pronto se mudará, como te había comentado —menciono y ella asiente.
POV Anastasia
Es una lástima, me habría gustado que ella estuviera presente. Sin embargo, no ha podido ser.
- De acuerdo. Lo entiendo. Ya será en otra oportunidad.
Comenzamos a comer y le pido al cielo que mi madre no sea demasiado cuestionante. Pero sé que en poco tiempo comenzará a hacer preguntas. Ya puedo estar segura de que es justo eso lo que hará en poco tiempo.
- Y... ¿Así que eres un arquitecto destacado?
- Bueno, intento mejorar cada día.
- Oye, no seas tan humilde. Mamá, Zaredes un arquitecto muy importante. Así que te imaginarás lo bueno que es en lo que hace - recalco y él se aclara la garganta -. Solo soy sincera.
- En ese caso, felicidades. No entiendo absolutamente nada de arquitectura, pero se debe ser muy bueno en algo catalogado como complicado. Cambiando de tema, ¿tienes pareja? O sea, ¿estás saliendo con alguien, Zared? - suelta, y yo no puedo creer que haya inquirido algo así, es que mamá se ha vuelto loca por completo.
- Mamá...
- No, no ahora. Hace algunos meses terminé una relación - revela.
Pues eso yo no lo sabía.
Resulta que hace no mucho tiempo terminó con alguien...