Capítulo 14
823palabras
2024-01-10 11:00
"Señorita Marques, ¿puedo preguntarle por qué ha elegido a la Corporación Park? No estamos tan cualificados ni somos tan reconocidos como el Grupo Burke en el sector inmobiliario", expresó Bruno Thompson, director general de la Corporación Park, quien se sentía bastante halagado con la propuesta.
Cuando se enteró de la intención del Grupo Marques de colaborar con su empresa, viajó desde California a Los Ángeles para reunirse con Elisa.
"Señor Thompson, ¿está sugiriendo que no tiene confianza en su propia empresa?", preguntó Elisa, enarcando las cejas.

Bruno se quedó paralizado por unos segundos antes de soltar una carcajada. "Creo que tendremos una agradable cooperación, señorita Marques".
Después de la partida del hombre, Elisa estaba de muy buen humor. A pesar de los intentos de Alan y Gonzalo por dificultarle las cosas, ella salía victoriosa. Ambos habían olvidado que ella no era una pusilánime.
Poco después de ello, Alan se enteró de que Elisa había reemplazado al Grupo Burke, así que la llamó de inmediato.
"Llevamos muchos años trabajando con ellos. ¿Por qué hiciste ese cambio?".
"La Corporación Park está suficientemente cualificada. Además, la oferta del Sr. Thompson es un 30% más baja que la de Burke".
Elisa tenía razón. Alan no pudo discutir, así que tuvo que colgar el teléfono, aunque de mala gana.

Al día siguiente era sábado. Elisa llamó a Lucía y le ordenó: "Invita a Isabella a un palco en LURE. Recuerda que para ese trabajo no se requieren modales".
"Entiendo, señorita Marques". Lucía sabía a qué se refería.
Anna sabía que Elisa quería enseñarle una lección a Isabella esa noche, así que se acercó emocionada. Al ver a su mejor amiga, esbozó una sonrisa socarrona. "Elisa, tengo lo que me pediste. Quedarás más que satisfecha".
Por la noche, cuando ambas llegaron a LURE, Isabella ya llevaba más de una hora encerrada allí.

Al principio, la mujer temblaba de rabia y no paraba de gritar, pero todos la ignoraron. Con el tiempo, su miedo aumentó.
Isabella recordó entonces que una hora antes, los secuestradores no tuvieron reparos en arrastrarla hasta su vehículo en plena calle. Eso significaba que la familia James no les inspiraba ningún temor.
Cuando Isabella vio entrar a Elisa y Anna, casi se le salieron los ojos. "¿Ustedes están detrás de esto?", preguntó.
"¿Sorprendida?", preguntó Elisa mientras cogía una copa de vino tinto de Anna. Luego sacó una pastilla de su bolso y la dejó caer en la copa. "Isabella, creo que deberías saber que odio sufrir pérdidas. Y haré que los demás paguen el doble de lo que yo perdí".
"¿Qué planeas hacerme?". La mujer miró horrorizada a Elisa, quien no podía moverse porque alguien la sujetaba.
Elisa se acercó con la copa de vino. Sujetó la barbilla de Isabella con una mano y con la otra vertió el vino tinto en su boca. La mujer trató de resistirse moviendo la cabeza, pero Elisa era mucho más fuerte de lo que ella esperaba.
Cuando Elisa terminó de hacerlo, la puerta del salón se abrió de una patada. Enseguida, Fabián y Hugo ingresaron al lugar.
Isabella se arrojó a los brazos de Fabián y lloró. "Elisa me ha drogado. Estaba a punto de hacer que alguien me violara".
La expresión de Fabián se volvió severa, y miró a Elisa como si estuviera a punto de destrozarla.
Hugo también pareció sobresaltarse. "Elisa, ¿no crees que has ido demasiado lejos?".
"Como la familia James no ha sabido criar bien a Isabella, me he tomado la libertad de hacer yo el trabajo". Elisa se limpió sus delgados dedos con un pañuelo de papel antes de tirarlo. Luego se dirigió hacia la salida.
Cuando llegó a la puerta, Fabián, con cara hosca, la agarró de repente. "¡Discúlpate con Isabella!".
"Señor James, ¿está seguro de que quiere que me disculpe?". Los labios de Elisa se curvaron ligeramente mientras miraba a Fabián con los ojos llenos de indiferencia. Ya no sentía afecto por él. "No creo que su familia pueda pagar el precio de mis disculpas".
"No quiero sus disculpas. Ella me drogó. ¡Quiero que la policía la detenga!", Isabella exclamó señalándola.
"Por supuesto, yo misma haré la llamada". Elisa sacó su teléfono y marcó el número de emergencia. Sin embargo, antes de pulsar el botón de llamada, miró a su excuñada y añadió: "Por cierto, les pediré que investiguen lo que me pasó anoche. Alguien me secuestró de camino a casa".
Con eso, Isabella tiró repentinamente de Fabián. Se mostró menos firme, temerosa de que se descubriera lo que había hecho.
"Fabián, no me encuentro bien. Quiero ir al hospital".
Al principio, solo lo dijo para dar una excusa y evitar a la policía. Sin embargo, después de decir eso, sintió un dolor creciente en la barriga.
Fabián, al notar que Isabella sudaba, se apresuró a llevarla al hospital.
Elisa hizo un puchero y dijo con pesar: "Hubiera venido antes. Debería haberla echado a la calle en cuanto la droga hizo efecto".