Lilibeth se encontraba cenando hasta que su mirada había viajado hasta la Luna, un pequeño suspiro se había escapado de la pequeña niña, entonces sus recuerdos la habían golpeado.
— Lilibeth ¿Te duele? - El rostro de Deán Ashford se había colocado por delante de ella.
— ¿Por qué tienes una herida en tu cuello? - Lilibeth había respondido con otra pregunta.
— Solamente me aseguraré de que tu herida sané y vayas con tu madre - Lilibeth había realizado una mueca que a Deán le pareció encantador, pero aquello era algo que la pequeña niña de 5 años no tenía por qué saber incluso absolutamente nadie debía de saberlo, sus recuerdos así como vinieron se habían ido.
— ¿Qué ocurre Lilibeth? - Lillith tomó a su hija en brazos depositando un tierno beso en la cabeza de la niña.
— Nada mami, ¿viajamos mañana? - La Pequeña niña movió sus cortas piernas esperando la respuesta de su Madre.
— Sí, después de la Asamblea Lobuna que vamos a tener, vamos a viajar en busca de la tranquilidad y eliminar aquel mal que nos está rodeando, a pesar de no verlo, y no sentirlo aún.
— Buenas noches, mamá - Lilibeth se despidió tomando el camino a su habitación.
SALEM.
— ¿Has visto a mi hijo? - Muriel tenía las manos envueltas en una venda.
— El Príncipe Mestizo ni siquiera piensa en usted, él ha renunciado a su poder en absoluto - Informó una de las brujas mientras tenía una filosa y brillante diminuta espada clavada en la Palma de su mano derecha, Muriel se acercó a ella y la agarró del cabello.
— Sigue con el Hechizo que vienes empleando durante todos estos años, nunca lo pierdas de vista, y si hace falta matar a uno de los lobos como otro de los tantos sacrificios, mátalo, sacrifica cualquier cosa que sea importante para él, así como lo fue su padre, si necesitas acabar con la vida de alguien para que nuestra magia siga sin tocar suelo, mata a su Pareja, y si llegas a ver que quiere faltar a su palabra y quiere revelarse en mi contra avísame de inmediato.
Con aquellas palabras, Muriel salió del lugar dejando a la bruja a solas.
— Lo lamento, pero el amor de una madre es algo que tú no conoces - la bruja se clavó otra espada, esta vez en la mano izquierda, la magia rápidamente había reaccionado dejando ver el viaje que Killian, Lillith, Lilibeth y la bruja que siempre los acompaña llegando a Salem - Muy bien Lillith mamá no va a dejar que mueras - Murmuró la Bruja, algo llamativo había ocurrido la suave piel de leche de la Bruja había cambiado convirtiéndose en negra, tanto que incluso su piel brilla.
— Ángel Oscuro - Aquel era el origen de Lillith, su poder se camufla bajo su piel, su fuerza está en su mirada, su veneno en el aire que respira, Lillith Becker es un universo por descubrir, tan hermosa como la muerte.
CANADÁ.
Los entrenamientos eran salvajes, la disciplina era fundamental, las Campanas anuncian la llegada de los Lobos a Territorio de Destierro, el suelo que pisan es custodiado por lobos desterrados que encontraron su identidad en la Hermandad de Lobos Desterrados La Manada.
— Buenos Días - El Beta del asesinado en aquel entonces Alfa Rey había llegado, el perímetro que da acceso al territorio Gobernado por Lillith era fuertemente custodiado.
— Sigan, los guardias los va a guiar hasta la Casa del Congreso - Informó Rombel demostrando absoluta superioridad en crueldad, tan solo con su mirada, los lobos tradicionales avanzaron, se percibe la fragancia de desterrados, aquello produce gruñidos en los lobos que iban avanzando, pero la fragancia de los desterrados no era la misma a la cual todos estaban acostumbrados, era distinta, años anteriores desprendían un olor nauseabundo, sus colmillos eran horribles, pero ahora.
— La fragancia de los desterrados ha cambiado, porque encontraron su lugar, encontraron el sitio al cual pertenecen, su identidad, pero anoche hemos descubierto que existen aún desterrados con olor nauseabundo, aquellos son lobos, nacen para destruirnos - La voz de Lilibeth hizo que tanto los guardias de su madre y los Lobos tradicionales detengan sus pasos.
— ¿Qué dices Lilibeth? - Seúl había observado a la niña.
— Lo entenderán en minutos, cuando estemos en la Reunión, sigan avanzando - La pequeña niña se dirigió al lado opuesto de los lobos, pero había dejado con incertidumbre a todos.
Unos minutos después la Casa del Congreso se encontraba repleta de Líderes y sus manos derecha, la imagen era perfecta, una mujer, una Loba desterrada sentada en el centro de la cabecera de la mesa, tan poderosa y tan hermosa a la vez, cuya respiración parece convertirse en veneno para algunos, los alrededores de la casa se encuentran totalmente custodiada por los Guardias.
— ¡Alfa! - Se escuchó la voz de Killian, una voz que derrocha seguridad, los lobos no eran tan sumisos ante la loba, pero sí lo eran completamente ante la voz del Lobo, aunque ella tenga mucha fuerza, y sea poderosa, Killian desciende de las Líneas de la Realeza Lobuna, su linaje pertenece a los más fuertes y siempre respetados Lobos. a Lillith aquello no le importa porque el ella y Killian son uno solo.
— Beta - Fue la respuesta de Lillith.
Lilibeth en este caso no participa de dicha reunión, su madre prefiere darle absoluta libertad para explorar el Territorio antes del viaje que están a horas de emprender.
La niña iba avanzando, por supuesto que sus pasos estaban bajo estricta mirada de algunos guardias, hasta que se alejó bastante del territorio, estaban una hora y unos cuantos minutos más de distancia de sus padres, sus ojos del color de los rayos del sol observan un pequeño bosque llamativo, secreto con varias cuevas cubiertas por grandes rocas, así que volvió a estirar sus piernas con dirección al lugar, ella quería explorar.
— Pequeña Lilibeth no cruces totalmente el perímetro - La voz de un guardia detuvo a la niña.
— Solamente voy allí, no va a pasarme nada - Lilibeth estuvo cerca de reanudar sus pasos, pero el guardia la agarró suavemente del brazo.
— Es peligroso salir de tu Territorio, solamente aquí estamos protegidos, no des problemas a tus padres, sabes que el sitio más seguro es en dónde está la sangre de tu padre, y él derramó mucho para proteger este territorio, ese pequeño bosque no está protegido porque la sangre de tu padre no está allí, las cuevas son habitadas por criaturas salvajes a los cuales no podemos molestar, los debemos respetar - Lilibeth frunció el ceño dirigió su mirada nuevamente al pequeño y llamativo bosque, una de las cuevas llama demasiado la atención de la niña, entonces al volver a mirar intensamente el lugar, ella encontró la protección de su padre, allí también estaba la sangre de su padre.
— Alguien está en las cercanías de la cueva - Los cachorros se habían acercado a la puerta, su pelaje de lobos bebé estaban un poco sucias.
— Salgan de allí, que voy a matar a los guardias de los Lobos - El hombre sacó una escopeta, se posicionó detrás de un pequeño agujero, ajustó su telescopio y coloco el cañón del rifle en el agujero, observó a una niña y al guardia, la distancia era de 200 metros aproximadamente, y el hombre apunto a Lilibeth, sus dedos ya estaban cerca del gatillo. — No entienden que deben de estar lejos de esta cueva, de este bosque.