POV LILITH
Jamás hubiese pensado que a mis casi 17 años estaría con un chico de la manera en la cual me encontraba con Emmet, me había prometido a mí misma que esto no pasaría hasta que me casara o fuera más grande para asumir las consecuencias de mis actos, sin embargo, en este momento no me importaba nada, quería estar con el de esta manera, no solo por el hecho de parar lo que él sentía cada vez que estaba conmigo, sino porque necesitaba esto con él.
-Podemos parar- Me dice parándose del sillón conmigo enredando mis piernas en sus caderas- Esto no tiene que pasar ahora.
-Quiero saber hasta donde podemos llegar- Le dije, aunque sabía que si seguíamos esto muy difícilmente podríamos parar después- Solo dejémonos llevar.
Él asiente y va caminando conmigo en sus brazos hacia mi habitación, sabía por qué había elegido la mía y no la de él, ya que con Aine habíamos hablado de eso antes de que se fuera y ella me había dado sus suposiciones del porqué Emmet miraba la habitación donde nosotras nos quedamos con tanto enojo.
[[-Tienes que entender que para él no es fácil- Me dice sonriendo- Él es un licántropo y ellos son muy posesivos con sus compañeras, tú estuviste en esta habitación con Cassiel en Navidad y nadie sabe si es que paso algo o no, Cassiel te dijo que no, pero tú te despertaste adolorida al otro día
-Pero yo no tengo la culpa de lo que paso.
-Nadie está diciendo que la tienes- Me contesto suspirando- Pero es obvio que él se sienta molesto cada vez que está cerca de esta habitación.]]
Pensando eso entendí que él al llevarnos a mi habitación estaba queriendo hacer nuevos recuerdos, no solo para mí, sino también para él.
Emmet me depositó en la cama y se subió encima de mí, beso mis labios mientras sus manos masajeaban mis pechos encima de mi ropa, esto se sentía tan bien que no quería que parara nunca.
Él empieza a quitarme la remera que tenía, mis pechos quedan al descubierto porque no tenía sostén, ya que odiaba tenerlos cuando solo estábamos nosotros. Sonríe al verme tan descubierta y decide agacharse para lamer y morder el pezón.
Un pequeño gemido sale de mi boca sin poder evitarlo, mi corazón empieza a latir muy rápido, que siento que podría salirse de mi cuerpo.
Estos sentimientos para mí eran nuevo, el cuerpo lo tenía jodidamente caliente y también sentía cómo mi coño estaba tan húmedo que me sorprendía.
-Emmet- Gemí su nombre mientras él se metía su mano entre mi pantalón y mi roma interior-Esto se siente tan bien.
Él no dice nada, solo empieza a hacer círculos con sus dedos encima de mi clítoris y su boca estaba demasiado ocupada aun intercalando con mis pezones.
-Estás tan mojada- Susurra él, su aliento caliente choca contra mi piel erizándomela- Quiero estar dentro de ti aunque no puedo.
-Si puedes- Le digo aunque en mis oídos había sonado como un ruego- Te necesito.
Emmet se paró y empezó a sacarme el pantalón junto a mi ropa interior con una sonrisa, no podía creer que esto estaba pasando, ambos estábamos por de verdad hacer esto y no tenía miedo, él me daba completa seguridad de lo que estábamos por hacer.
POV EMMET
Verla así, desnuda ante mí era un sueño hecho realidad, ella era perfecta, cada parte de su cuerpo lo era y era solo mía.
Terminé de sacarle sus últimas prendas y me dispuse a desnudarme yo ante la atenta mirada de ella.
Cuando saque cada prenda de mi cuerpo me acosté una vez más encima de ella y empecé a besarle cada parte, su boca, su cuello, su pecho y seguí bajando hasta llegar a su punto más sensible, mi lengua se posó en su clítoris, lo lamí, mordisquee, y succione haciéndola gritar de placer.
-Emmet
Sus gemidos me hacían querer solo enterrarme en ella, sin embargo, la tenía que preparar, era nuestra primera vez juntos y no quería lastimarla, no cuando mi madre me había contado que era difícil para una mujer que no era de nuestra especie todo el proceso del sexo.
Lilith me agarro de mis cabellos y me atrajo hacia arriba, nuestras bocas se juntaron y sus piernas fueron a mi cadera haciendo que nuestras intimidades se robaran, los dos gemimos ante ese contacto tan íntimo y la verdad se me estaba haciendo demasiado difícil poder contenerme.
Ella empezó a frotarse contra mi polla ya hinchada y un gruñido salió de mi boca.
-Tenemos que ir más lento
A mi novia le importo una mierda mis palabras porque apretó más y más mi cadera con sus piernas haciendo que nos unamos cada vez más y que nuestras partes quedaran pegadas.
Por un momento deje de pensar e hice lo que quería hacer, devore sus labios y posicione con una de mis manos mi polla para meterme dentro de ella lo más despacio que podía.
Estaba tan apretada, tan caliente que creía que iba a explotar.
-Ahhh- Se quejó de dolor y supe que había llegado a su barrera, suspire de alivio al saber que Cassiel no había mentido, él no había estado con ella de esa forma- Duele
-Lo sé, pequeña- La consuelo- ¿Quieres que pare?
-No- Me dice mirándome a los ojos- Sigue
Ambos nos miramos a los ojos y yo hago el último movimiento para romper esa barrera, me quedo quieto un segundo para que ella se acostumbre, hasta que ella empieza a moverse de a poco.
Me empiezo a mover con ella y ya no escucho quejas de su boca, ella empieza a gemir mi nombre y sé que ninguno de los dos iba a aguantar más, mi boca se posiciona en su cuello, lo chupo, lo beso hasta que algo se sale de control.
Siento cómo mi lobo toma el control de la situación y mis embestidas empiezan a hacer más fuertes hasta que siento cómo ella se contrae, yo estaba a nada de venirme también por lo que mi lobo posiciona mi boca en el cuello de Lilith y la muerde, sabía que esto iba a pasar, sabía que si lo hacíamos mi lobo la iba a querer marcar y no quería que eso pasara aún, no quería que sufriera en su primera vez, sin embargo, no tuve control y para mi desconcierto ella no grito, es más empezó a gemir de placer en el momento que mis dientes desgarraron su cuello con la mordida.
Cuando me vine en ella mi lobo me dejo tomar el control nuevamente y empecé a lamer la mordida que había hecho para que dejara de sangrar.
Me quise separar de ella, pero ella no me dejo, cuando la mire tratando de encontrar una respuesta de porque no me dejaba salir de dentro de ella, me lleve una gran sorpresa nuevamente, sus ojos estaban rojos nuevamente, pero ahora que la veía mejor se parecían a los ojos de los lobos, sin embargo, jamás había visto unos rojos como los de ella.
Esto era sumamente extraño, pero no tuve mucho tiempo en pensarlo porque ella empezó a moverse una vez más haciendo que mi polla ya dormida despertara nuevamente y que empezáramos una vez más otra ronda de sexo.